jueves, 12 de abril de 2012

Aparcabicis en el trabajo

En mi oficina pusieron un aparcabicicletas hace unos meses, y con toda la parafernalia propia de grandes empresas, empezaron a publicitar su sensibilidad ecológica.

Desgraciadamente, se demostró que este gesto había sido algo precipitado, sin reflexionar sobre las condiciones básicas que debe cumplir un aparcabicicletas para ser práctico. El modelo seleccionado y la ubicación del mismo se demostraron bastante negativos. Basta una imagen para entenderlo:


Como se ve, tenía los tres defectos básicos de este tipo de dispositivos:

1) Situado sobre tierra (césped), por lo que es fácilmente vandalizable. 
2) Situado en un lugar recóndito e invisible. Aunque estaba al lado de la garita, se situaba en la parte posterior, fuera del ángulo de vigilancia.
3) Modelo "doblarruedas", que supone un peligro para las llantas, los radios o incluso los discos de freno (la mayoría de bicis de montaña actuales los llevan).

Por si esto fuera poco, los aspersores de riego del césped están programados para saltar sobre esa zona, proporcionando una "ducha" gratuita a las bicis, y mojando el entorno, lo que obliga al usuario posiblemente a pisar barro para recuperar su bici, además de encontrársela mojada.

En España se sigue considerando que la bicicleta es marginal y da un cierto pudor restarle espacio, aunque sea mínimamente, al coche. Las bicis se esconden de la vista porque a los directivos de las compañías les parecen elementos sucios y denigrantes. Es mejor apartarlos. Ese es el concepto que subyace en actuaciones como la realizada por esta empresa. O por lo menos, esa era la visión hasta ahora.

Afortunadamente hay pequeños cambios sociales en este sentido. La imagen de los ciclistas va mejorando y tanto las empresas como las instituciones ya no tienen tanta "vergüenza" como antes a la hora de dar pequeños pasos en la línea de normalizar la bicicleta como medio de transporte práctico. En el Ayuntamiento de Madrid, la política con respecto a la bicicleta es errática y variable con el tiempo. A pequeños impulsos le siguen extraños retrocesos, como el parón del Plan de Movilidad Ciclista o las excusas para no cerrar determinadas calles al tráfico motorizado por "falta de presupuesto". Sin embargo, hay algunas cosas que se van haciendo bien. Por ejemplo, la instalación de aparcabicicletas prácticos. El único modelo homologado por el ayuntamiento de Madrid es el denominado en "U invertida":


Después del error cometido -de forma inocente- por los dueños del centro empresarial donde trabajo, me dirigí a ellos para hacerles ver los defectos de construcción del aparcabicis. Les expliqué las características, forma y ubicación de un buen aparcabicis, y comprendieron mis explicaciones.

Como de sabios es rectificar, parece que me tomaron en serio. Un día vi que estaban haciendo una pequeña obra en el aparcamiento, para instalar el primer aparcabicis real, en el sitio donde antes había una plaza para coche. Pusieron un aparcabicis en "U invertida". Me dio mucha alegría. Es un pequeño paso, pero vamos en la dirección correcta. Este es aspecto que presentaba el día de su inauguración: